miércoles, 7 de agosto de 2013

“Leer y escribir en un mundo cambiante”


Emilia Ferreiro
Quienes escribían no eran lectores autorizados, y los lectores autorizados no eran escribas.
En esta época no había fracaso escolar.
Todos los problemas de la alfabetización comenzaron cuando decidió que escribir no era una profesión sino una obligación y que leer no era marca de sabiduría sino de ciudadanía.
Los lectores se multiplicaron,  los textos escritos se diversificaron, aparecieron nuevos modos de leer y de escribir.
Los verbos leer y escribir habían dejado de tener una definición inmutable, no designaban actividades homogéneas.
Leer y escribir son construcciones  sociales.
La democratización de la lectura y escritura se vio acompañada de una incapacidad para hacerla efectiva: Creamos una escuela pública obligatoria.
Para formar un ciudadano consciente de sus derechos y obligaciones.
La escuela no ha acabado de apartarse de la antigua tradición: sigue  tratando de enseñar una técnica.
En sus orígenes   la enseñanza de saberes se planteó como adquisición de una técnica- técnica de trazado de las letras, por un lado y técnica de la correcta oralización del texto, por otra parte.
Sólo después de dominar la técnica surgiría como por arte de magia, la lectura expresiva.
Entonces surge la noción de “fracaso escolar” que es concebida en sus inicios, no como fracaso de la enseñanza sino del aprendizaje (responsabilidad del alumno).
Los alumnos fracasados según las épocas y costumbres son llamados “débiles  de  espíritu”,  “inmaduros” o  “disléxicos”.
1960 dislexia enfermedad del siglo.
Una patología social (suma de pobreza más analfabetismo) sería responsable del déficit o  hándicap.
El fracaso escolar es un fracaso de la alfabetización inicial.  Pobreza  y analfabetismo  van juntos.
La escolaridad básica universal no asegura la práctica cotidiana de la lectura, ni el gusto por leer.
Hay países que tienen analfabetos porque no aseguran un mínimo de escolaridad básica a todos sus habitantes.
Países que tienen iletrados (po9rque a pesar de haber asegurado un mínimo de escolaridad básica, no han producido lectores en sentido pleno.
Estar alfabetizado para seguir en la escuela no garantiza estar alfabetizado para la vida ciudadana.
La alfabetización escolar y la alfabetización necesaria para la vida ciudadana, el trabajo progresivamente automatizado y el uso del tiempo libre son cosas independientes.
La democracia plena es incompatible con niveles de analfabetización  por debajo del mínimo del deletreo y la firma.
La democracia exige individuos alfabetizados.
Las nuevas tecnologías ayudaran a la educación a eliminar diestros y zurdos, ahora se escribe con ambas manos, sobre un teclado.
La tecnología no simplifica las dificultades cognitivas del proceso de alfabetización (ignoradas por  los métodos pedagógicos).
Acciones destinadas a elevar el nivel de alfabetización de la población.
Saber navegar  forma parte de los objetivos educativos.
Que los niños estén en contacto con el saber preescolar- primera inmersión en la cultura letrada. La lectura es un gran escenario en donde es preciso descubrir quienes son los actores, los “metteurs en scene” y los autores.

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