A
continuación analizo de manera somera tres de los modelos de enseñanza más
comunes en las escuelas de educación básica. Los dos primeros son los más
fáciles de detectar. El primer modelo que abordo en este trabajo es el de la transmisión,
que consiste en que el maestro posee el conocimiento de lo que va a enseñar y
los transmite a los alumnos utilizando la palabra hablada. En este caso el
alumno sólo es una especie de recipiente pasivo que sólo recibe el conocimiento
y que debe tener disposición y poner atención. Una crítica que se le puede
hacer a este modelo es que no se centra en el aprendizaje del alumno sino que
pone en el centro al maestro y al conocimiento que transmite. Este modelo es
que se conoce como “tradicionalista” y sólo se debe utilizar en algunas
actividades y no debe ser el único modelo que el docente utilice.
El
siguiente modelo que analizo es el que se conoce como condicionamiento y tiene
algunas ventajas sobre el modelo de transmisión. Una de las desventajas que
tiene es que le “resulta más eficaz poner atención en las «entradas» y en las
«salidas» que en los procesos mismos.”[1]
Cuando conocer y trabajar sobre los procesos de enseñanza-aprendizaje también
es importante para confirmar que el proceso se está llevando a cabalidad. En
este modelo el comportamiento observable es importante ya que se le considera
una “salida” de información pues el alumno debe comportarse según lo aprendido.
Hay condicionamiento pues si se considera que el alumno no está aprendiendo recibe
una baja calificación o un regaño. Se deriva de estudios sobre el aprendizaje
de los animales, es mejor que el método tradicional pues se centra en el alumno,
mientras que el método de transmisión se basa en el maestro y en el
conocimiento. También se le considera pedagogía por objetivos. “La pedagogía
por objetivos es la que mejor nos permite tomar conciencia de las distorsiones existentes
-a veces considerables- entre lo que el maestro quiere que los alumnos
adquieran (los objetivos generales y terminales) y lo que realmente ocurre en
el que aprende (los objetivos operacionales).”[2]
Sirve para que los maestros se aseguren de que están compartiendo fines y para
saber si están aprendiendo lo que se requiere que aprendan. La desventaja de
este método es que el alumno no logra explotar sus cualidades al 100% como en
el caso del constructivismo que es el modelo que analizo a continuación.
En el
constructivismo se busca el error para ponerlo en juego en el proceso de
enseñanza aprendizaje. Los errores del alumno le interesan al maestro. El
maestro es un facilitador del aprendizaje. Al alumno ya no se le considera un
sujeto pasivo ni un robot que funciona con estímulos y respuestas sino un ser
humano capaz de aprender a aprender y de estructurar su propio aprendizaje. Es
el mejor de estos tres métodos pero el más difícil de emplear pues requiere
conocer más a nuestros alumnos.
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