sábado, 7 de octubre de 2017

Tradicionalismo en escuelas públicas

En este ensayo se aborda el tema de la exposición didáctica con la finalidad de entender en qué consiste esta práctica para proponer un tipo de exposición que sería el más adecuado para nuestras escuelas de educación secundaria donde impartimos clases. Es importante diferenciar lo que llamamos “tradicionalismo” de lo que, en este caso, estamos entendiendo por método expositivo, pues el primero es un término más amplio que incluye también algunas actitudes de los maestros tradicionalistas, como el autoritarismo y la supuesta ignorancia de los alumnos.
La exposición es el método de enseñanza más utilizado en las escuelas secundarias, pero también es el más criticado pues se le relaciona con prácticas educativas obsoletas o ineficaces. La exposición didáctica suele funcionar sólo como transmisión de conocimientos. “Para que la enseñanza sea pura transmisión de contenidos, hay que presuponer que el aprendizaje es una simple operación de registro. Pero,  para llegar a reducir el aprendizaje a estos términos, hay que ignorar el fenómeno de la comprensión y el proceso de creación de sentido.”[1] A los alumnos no se les debe considerar máquinas que graban conocimientos, sino que se les debe ayudar a comprender la finalidad de los contenidos y sobre todo aterrizar dichos contenidos a su vida para que los apliquen en su vida y les ayuden a resolver problemas cotidianos.
La exposición didáctica prácticamente nace con la escuela. “Los profesores y los autores de textos utilizaban la exposición como recurso para la gente que no tenía acceso a sus escritos. Ahora que abundan las posibilidades de acceso a la información, este recurso ha variado las características de su propósito original.”[2] La exposición didáctica ya no es una necesidad y es obligación del maestro buscar estrategias para combinar este método con otros.
En las clases debe haber interacción entre el maestro, los alumnos y el conocimiento. Las clases deben estar compuestas por actividades variadas, una sola actividad para toda una clase es poco pedagógico. “En la actualidad, con el fin de preparar a los alumnos para asumir los retos y roles en un mundo cambiante, los profesores enfrentan cada vez con más frecuencia la presión de reducir el uso de la exposición como método de instrucción, y generar en cambio un ambiente de trabajo más interactivo en el cual el alumno participe paralelamente en actividades colaborativas con sus compañeros.”[3] Por otro lado está comprobado que los alumnos aprenden más de sus compañeros que de sus propios maestros por lo que el maestro debe tratar der hacerlos participar a todos, incluso aquellos alumnos renuentes.
Como ya se dijo antes, no todo lo relacionado con la exposición didáctica es malo pues se puede intercalar con otras actividades. La exposición didáctica sólo es mala si se abusa de ella. “Sin embargo, cuando este método se aplica de la manera apropiada, con el contenido adecuado a los espacios de tiempo disponible e integrado con otras técnicas o estrategias didácticas, puede contribuir enormemente a un proceso de enseñanza aprendizaje efectivo, especialmente en aquellos cursos en donde se requiere cubrir mucho material.”[4] Lo que criticaríamos en este caso no sería la técnica expositiva sino el abuso de ella.
La función de este ensayo no es criticar la exposición didáctica sino tratar de llegar a una conclusión sobre la pertinencia de su uso. “Lo importante, entonces, no es señalar si la exposición resulta mejor o peor que otros métodos de enseñanza-aprendizaje, sino encontrar los propósitos adecuados para su uso.”[5] La exposición didáctica siempre se puede utilizar pero debe combinarse con otras técnicas y no usarla en todas las ocasiones.
A un maestro que sólo se dedica a hablar en clase se le puede considerar tradicionalista sólo si presenta algunos otros rasgos como el autoritarismo y el abuso de poder. “Comúnmente la técnica de la exposición se asocia con la excesiva presentación verbal (el “rollo”) que el profesor maneja durante la sesión de clase. En un sentido positivo, podríamos interpretar que el “rollo” corresponde al “desarrollo” de un tema, debidamente justificado en relación con los contenidos del curso. En sentido negativo, el “rollo” significa ideas poco claras y repetitivas cuyo único objetivo es ocupar el tiempo destinado a la sesión de clase.”[6] En nuestras escuelas de educación básica no sólo se utiliza el rollo para consumir de manera inadecuada el tiempo de clase, también se utiliza la revisión de trabajas o algunas dinámicas que pretenden que los alumnos sociabilicen. Con este ejemplo es posible concluir que no sólo la exposición didáctica puede ser inadecuada, sino también cualquier otra técnica que se utilice para consumir el tiempo.
 “El método expositivo que se vale del lenguaje oral es uno de los más antiguos. Si bien pudiera pensarse que con la invención de la imprenta su uso disminuiría, no fue así pues incluso en nuestra época se ha mantenido como una práctica común en los diferentes niveles del sistema educativo, incluyendo la universidad.”[7]
“En la actualidad, con las facilidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información, el profesor puede estructurar y organizar un determinado material para hacerlo más accesible a sus alumnos bajo la modalidad de un texto escrito.”[8]
“En los últimos años se ha venido haciendo mucho énfasis en la necesidad de alternar el uso de la exposición con otras técnicas didácticas, incluso en una misma sesión de clase. Es decir, se alude a la necesidad del manejo de “exposiciones espaciadas” (Collins, 1997), donde la exposición se da en segmentos. Se hacen pausas en puntos lógicos de la exposición, donde el profesor se dirige a los alumnos (haciendo alguna pregunta o solicitando que lleven a cabo alguna actividad), para mantenerlos involucrados con el tema. De esta manera, la exposición puede resultar más dinámica.”[9]
“Esto permite, además, que los alumnos tengan tiempo para procesar y comprender el contenido manejado durante la exposición. Los profesores, por su parte, tienen oportunidad de darse cuenta si hay algo que no esté quedando claro. La exposición se asocia directamente a una actividad realizada por el profesor; sin embargo, se debe tener en cuenta que también puede ser empleada por los alumnos o bien, por alguna persona externa al grupo. Este escrito aborda el uso de la misma en términos del profesor, sin por ello perder de vista que igualmente cumple su función didáctica cuando es utilizada adecuadamente por algún otro sujeto del grupo o alguien externo al mismo.”[10]



[1] SAINT Onge, Yo explico, pero ellos ¿aprenden?,  SEP/FCE, México 2000, P.18
[2] http://www.sistema.itesm.mx/va/dide/inf-doc/estrategias/
[3] Ídem.
[4] Ídem.
[5] Ídem.
[6] Ídem.
[7] Ídem.
[8] Ídem.
[9] Ídem.
[10] Ídem.

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